Tan simple, tan básico, tan natural y sin
embargo… ¡cuánta falta nos hace! Con el frenético ritmo de vida que llevamos,
el sueño es uno de los factores más necesarios para poder seguir este ritmo, así como la
alimentación o el ejercicio físico; sin embargo, muchas veces es lo que más falta nos hace: un
placentero, relajado y reconfortante sueño de 8 horas.
Si pensamos en nuestra jornada diaria, más de una vez escuchamos decir: “Puf, estoy molido” “¡Qué sueño tengo!”
“Estoy agotado”, y posiblemente muchas veces estas palabras salgan de nuestra
propia boca. Sin darnos cuenta hemos ido relegando a un segundo plano una de
nuestras necesidades fisiológicas vitales como es dormir bien. Ya sea por un exceso de trabajo o por esa
serie de la tele que ”me tiene enganchadísimo” y la emiten a las once de la
noche, estamos sacrificando el éxito, las metas que queremos alcanzar en la
vida y, al fin y al cabo nuestra felicidad, por no descansar bien.
Existen multitud de estudios que demuestran
que la calidad del sueño influye directamente en nuestro estado físico y
emocional, y con ello la calidad de nuestra vida. Podemos elegir entre vivir
aletargados y en permanente estado de somnolencia o aprovechar cada minuto de
nuestra existencia para ser mejores y conseguir que nuestra vida sea más
placentera, ya que estamos descansados y tenemos la energía para disfrutarla.
No todas las personas necesitan dormir las
mismas horas, está claro. De hecho los patrones del sueño varían según la edad de
la persona: en la infancia se necesitan alrededor de 14-16 horas, en la adolescencia algo más
de 9 y en la edad adulta aproximadamente 8. Con menos horas de descanso estaremos acarreando un cansancio
totalmente innecesario. Si establecemos prioridades, siendo el dormir bien una
de ellas, podremos alcanzar todo lo que nos propongamos.
Me gustaría compartir con vosotros este
impresionante video de la periodista, cofundadora y directora del espacio web
“The Huffington Post”, Arianna Huffington. En él narra su fatal experiencia por el cansancio y la falta
de sueño. Teniendo en cuenta que se trata de una de las personas más
influyentes, revolucionaria y pionera en el desarrollo de la nueva era
bloguera, su testimonio nos debe hacer reflexionar. Os animo a verlo. Solo son
4 minutos que tal vez marquen un antes y un después en vuestra vida…
Duérmete porque…
En el sistema nervioso:
Ayuda a conservar la integridad del circuito neuronal implicado en la memoria y el aprendizaje.
En el sistema inmunitario:
Fortalece las defensas del organismo y aumenta la resistencia de nuestro cuerpo a las enfermedades.
En la circulación sanguínea:
Se realiza un menor esfuerzo que durante el día. La posición vertical hace que al cuerpo le cueste mucho más enviar la sangre al corazón que cuando estamos acostados. La presión arterial es menor durante el sueño.
En los músculos y huesos:
Suelen ser objeto de rigideces, malas posturas o dolor. Con el sueño se liberan de la tensión acumulada durante el día, lo que produce un gran alivio.
En el metabolismo:
Disminuye el gasto energético y este ahorro de energía se utiliza en funciones reparadoras internas. Recientes estudios han demostrado que no descansar bien dificulta la pérdida de grasa…
En la respiración:
Se hace más lenta y más profunda haciendo que el cuerpo y las células se oxigenen correctamente.
En el corazón:
La frecuencia cardíaca es más lenta y los tejidos y células coronarias se benefician de la acción reparadora que se produce por la liberación de la hormona de crecimiento y la melatonina.
En la piel:
Quizás es el tejido que más se beneficia. La piel de la cara en donde más se refleja el cansancio de todo el día, recupera la salud y frescura tras el sueño reparador. La Bella Durmiente por algo es tan bella… no?
En la actividad cerebral:
Se liberan emociones inconscientes que de otro modo quedarían reprimidas y podrían resultar perjudiciales. Los sueños también permiten reelaborar las experiencias y emociones vividas durante el día y convertir esas impresiones en recuerdos más permanentes, reorganizando nuestros pensamientos y permitiéndonos ordenar mejor nuestra vida.
Además, numerosos estudios indican que las personas que duermen más y mejor son más felices...
Ayuda a conservar la integridad del circuito neuronal implicado en la memoria y el aprendizaje.
En el sistema inmunitario:
Fortalece las defensas del organismo y aumenta la resistencia de nuestro cuerpo a las enfermedades.
En la circulación sanguínea:
Se realiza un menor esfuerzo que durante el día. La posición vertical hace que al cuerpo le cueste mucho más enviar la sangre al corazón que cuando estamos acostados. La presión arterial es menor durante el sueño.
En los músculos y huesos:
Suelen ser objeto de rigideces, malas posturas o dolor. Con el sueño se liberan de la tensión acumulada durante el día, lo que produce un gran alivio.
En el metabolismo:
Disminuye el gasto energético y este ahorro de energía se utiliza en funciones reparadoras internas. Recientes estudios han demostrado que no descansar bien dificulta la pérdida de grasa…
En la respiración:
Se hace más lenta y más profunda haciendo que el cuerpo y las células se oxigenen correctamente.
En el corazón:
La frecuencia cardíaca es más lenta y los tejidos y células coronarias se benefician de la acción reparadora que se produce por la liberación de la hormona de crecimiento y la melatonina.
En la piel:
Quizás es el tejido que más se beneficia. La piel de la cara en donde más se refleja el cansancio de todo el día, recupera la salud y frescura tras el sueño reparador. La Bella Durmiente por algo es tan bella… no?
En la actividad cerebral:
Se liberan emociones inconscientes que de otro modo quedarían reprimidas y podrían resultar perjudiciales. Los sueños también permiten reelaborar las experiencias y emociones vividas durante el día y convertir esas impresiones en recuerdos más permanentes, reorganizando nuestros pensamientos y permitiéndonos ordenar mejor nuestra vida.
Además, numerosos estudios indican que las personas que duermen más y mejor son más felices...
Con todo esto espero haberte convencido, aunque sea un poco,
de empezar a ponerte a ti mismo y a tu sueño como prioridad número uno. No hay
nada que ocurra más allá de las 11 de la noche que merezca más la pena que tu
descanso.
¡Duerme, descansa, vive tu cuerpo y sé feliz!
Olga Castañeda es experta en nutrición y vida saludable en www.aomm.tv.
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