Inicia el cuerpo la danza de la vida
con la respiración. Y danza, respiración y vida se expresan a través del vinyasa.
A
veces las práctica del vinyasa se
comprende mejor tras haber conocido y experimentado el yoga físico en otras
expresiones. Sin embargo, también podemos entrar directos a la práctica del vinyasa, para iniciar nuestra relación
con el yoga.
Vinyasa tiene muchos
significados. Uno de ellos es colocar las cosas de una manera especial. En el vinyasa flow colocaremos una postura detrás de otra, con transiciones
intencionadas guiadas por la respiración. El cómo llegamos de una postura a
otra es muy relevante.
Así
pues nos referimos a un movimiento
sincronizado con la respiración. Aunque hay continuidad y sentido no se
practica siempre la misma secuencia. Es la creatividad y la energía de cada día
lo que guía la práctica, siempre sostenida por una secuencia inteligente de
posturas que transformen el cuerpo y la conciencia.
Se considera pues un estilo de yoga
dinámico. Aunque no por eso hay que interpretar que es para practicantes
avanzados. El vinyasa es una forma de
práctica física apta para todos los estados y experiencias físicas. Podemos
adaptarlo a cualquier limitación corporal, haciéndolo terapéutico, o puede ser
una práctica intensa para el reto en cuerpos sanos. El objetivo no es estético,
aunque el resultado sea hermoso. Se pretende llevar al cuerpo a un estado de
máxima libertad, flexibilidad, fuerza... Sugerimos de esta manera que el
cuidado del cuerpo es el reflejo del cuidado del alma.
Por
ello hacemos mucho hincapié dentro del vinyasa
flow en los kramas. Éstos son los diferentes estados
de evolución de forma o postura. También se denomina así a la estrategia o
actitud que nos permite secuenciar de
manera inteligente para la práctica personal. Siempre es recomendable estar
atento a lo que el cuerpo acepta hoy, e ignorar las propuestas avanzadas,
evitando así que el ego gobierne la práctica. Es deseable encontrar el
equilibrio entre el reto/riesgo saludable y el respeto perenne a la
conservación y cuidado del cuerpo.
El vinyasa
nos enseña a encontrar la inmovilidad y la calma en la propia conciencia. A
mantener la concentración en el movimiento del cuerpo y su fusión con la
respiración. A pesar del movimiento y su aparente protagonismo, en el vinyasa gobierna SIEMPRE la respiración.
Cualquier respiración tensa es señal de que hay que descansar, suavizar,
adaptar, escuchar, despertar. No practicamos para la foto, sino para nosotros.
Nos llevaremos a nuestra vida cotidiana lo que cultivemos en la esterilla.
Dentro
del vinyasa es fundamental tomar por
fin responsabilidad sobre la propia práctica y nuestro cuerpo. Asimismo,
requiere entender la Verdad. Y es que el cuerpo es un vehículo, y mantenerlo
como un templo, limpio, útil y vital es el objetivo de la práctica física.
Quizás conozcas directa o
indirectamente el Ashtanga Yoga de Pattabhi Jois. Sus conocidas series son vinyasas. Esta es una forma pura y
pautada de practicar vinyasa. Sin
embargo no todos los cuerpos y mentes gozan de esta propuesta. Por ello existen
el Power Yoga, el Flow, el Yoga Dinámico, el Vinyasa Creativo… Todos ellos son
expresión de un entendimiento diferente del vinyasa,
aunque emanan del mismo concepto: la respiración gobierna y el cuerpo se
mantiene danzando en torno a ella y para ella. Y el resultado es una mente
clara que se supera a si misma, reduciendo sus fluctuaciones.
Varios elementos son propios y típicos
del vinyasa: el drishti, los bandhas y la
respiración ujjayi. No
es imprescindible introducir todos los elementos a la vez. Si es la primera vez
que practicas vinyasa, trae tu
atención al movimiento y a la respiración gobernando. Empieza siempre antes la
respiración que el movimiento. La nariz en ningún caso funciona como una bomba
de aspiración. Nuestra respiración voluntaria ha de ser siempre algo natural
entre la respiración espontánea y la respiración dirigida. Carente de tensión,
plena de intención.
Cuando
hayas integrado el ritmo del movimiento y los kramas del vinyasa puedes
empezar a investigar en la aplicación de bandhas
(sellos energéticos), ujjayi (respiración
victoriosa u oceánica) y drishti (la mirada enfocada
intencionada). Recomiendo aprender estas técnicas de un profesor experimentado.
Y profundizar a través del estudio personal.
En
las prácticas de vinyasa, así como en
cualquier otra, han de estar presentes la meditación, la relajación, el pranayama, los principios éticos,… Para
que el yoga sea completo, verdadero.
Surge
del vinyasa la oportunidad de
fluir y volvernos adaptativos. A través de la escucha y del movimiento circular
del cuerpo y la respiración, se despierta el aspecto creativo personal. La vida
es permanente movimiento exterior. Esto queda representado en el movimiento que
se da en el vinyasa. Detrás de ese
movimiento está la conciencia, que es pura quietud. Ésta es la que debe llevar
el timón de la práctica y la vida, para que el yoga realmente tenga un impacto
en nuestra evolución.
Diana Naya es profesora de Yoga en aomm.tv. Para probar sus clases entra en www.aomm.tv
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